Cada día agradezco a la vida, «la gran maestra», por todo lo vivido en el pasado, no ha sido fácil, mucho aprendizaje y en ocasiones incluso ha sido duro. A la vez ahora siento que mi vida y mi propósito han ido alineándose, encontrando una gran paz en mí interior. Del pasado saco la sabiduría y la fuerza para saber gestionar y llevar el timón de mi vida y mi espacio terapéutico para así poder brindar mi granito de arena a la demanda de la sociedad de hoy. Facilitar el cambio y la apertura del corazón a las personas que confían en mis terapias, acompañarlas en un trozo del camino, facilitándoles herramientas personales, contribuyendo de esta forma a la expansión de la consciencia, del bienestar y la salud personal de cada una de ellas. Es para mí el sentido de mi oficio, y el amor a ello lo que llena mi alma.
Sabemos que una vida saludable y feliz tiene una íntima relación con el vínculo que hayamos establecido con nosotros mismos, con los demás y con nuestro entorno. Es en estos vínculos donde nos jugamos la vida sana, psicológica y socialmente.