Cortar lazos energéticos para cerrar ciclos.
Cuando nos relacionamos con otras personas vamos creando lazos energéticos con ellas. Estos lazos se asemejan a hilos de luz, y son canales de energía muy finos que nos conectan a otros seres humanos, transmitiendo entre unos y otros información y carga energética.
Los lazos energéticos son una de las fuerzas más numerosas y activas en nuestro día a día. Están íntimamente ligados a nuestro sistema de centros energéticos, ya que conectan nuestros chakras a los de las personas con las que establecemos contacto. Un ejemplo perfecto es el encuentro sexual: nuestro chakra raíz, que es el que rige nuestra sexualidad, se une al chakra raíz de la persona con la que compartimos ese momento de íntima unión.
Estos lazos pueden haber nacido en esta encarnación o en vidas pasadas. Las energías de nuestro linaje femenino y masculino que hemos recibido a nivel transgeneracional permanecen en nosotros y condicionan nuestra vida actual. Aquéllas que no han podido ser sanadas, quedando como patrones dañinos y temas pendientes y transmitiéndose de generación en generación, provocan bloqueos y estancamientos energéticos que es necesario equilibrar desde la consciencia, el amor y el perdón a nuestro clan, precisamente para cortar este bucle de transmisiones de padres a hijos.
Nuestra familia es la que es porque el Universo ha querido que realicemos un determinado aprendizaje naciendo y desarrollándonos en ella, junto a sus miembros, tanto los presentes como los antepasados. Nuestros primeros lazos energéticos son los que creamos con ellos en nuestra niñez; más adelante, comenzamos a establecerlos con otras personas: amigos, pareja… La energía fluye entre nosotros a través de estos “cordones” de transmisión.
Cuando existen temas sin resolver con una determinada persona de nuestro entorno creamos lazos que nos suponen una pérdida energética. Esto se produce cuando nuestra relación está mediada por emociones negativas como el miedo o la frustración, debilitándonos, agotándonos física, mental y energéticamente. Ser conscientes de este desgaste que nos provoca la mala canalización de energías es vital para entender la importancia de los lazos energéticos. Son nuestra conexión primaria con las personas que nos rodean; por ello, hemos de detectar cuándo uno (o varios) de ellos están sufriendo carencias o funcionando de manera poco saludable para nosotros, para poder sanarlos y restaurar nuestro equilibrio interno en el Aquí y Ahora.
Existen diversos ejercicios para cortar lazos energéticos dañinos generados en situaciones diversas: tras una separación tormentosa de nuestra pareja, con la que quizá han quedado muchos asuntos pendientes; con un amigo o compañero de trabajo que nos envidia (o a quien nosotros envidiamos), lo cual nos provoca tensión y malestar; con una madre sobreprotectora que no nos ha dejado sentirnos libres para seguir nuestro propio camino…
Cortar lazos nocivos es un trabajo de limpieza energética y álmica, que nos permite darnos cuenta de nuestros patrones repetitivos, pensamientos erróneos y creencias limitantes, abriéndonos al Despertar de conciencia y redirigiéndonos al camino de la sanación.
Si vas a utilizar este texto te agradeceré que indiques la autoría, ya que hay un tiempo y una energía propia en él.
Seguimos …