La Dependencia emocional y la Gestalt

Vivir el presente: responsabilidad

Voy a basarme en la teoría de la Gestalt para ir mostrando un posible camino de sanación para la persona dependiente. Y lo haré teniendo en cuenta que, desde el punto de vista gestáltico cada persona es única.

Como terapeutas, nos basamos en la experiencia que nos trae la persona y también en el importante trabajo de la resonancia que nos despierta. La persona dependiente queda atrapada en aquello que no ha tenido en la infancia y lo busca constantemente en el otro, de modo que lo que experimenta en el presente puede estar muy lejos de la realidad.

Para el dependiente es importante ir aprendiendo a estar en el aquí y ahora aceptando lo que hay, rindiéndose a lo que la vida le entrega, con toda su presencia, sin entrar en juicios o peleas internas sobre lo que debería ser y lo que no; para ir, poco a poco, responsabilizándose de sus elecciones, de sus emociones y dejando de buscar fuera.

Una de las propuestas de la Gestalt que ayudan en la toma de responsabilidad es el hecho de hablar en primera persona del singular. De este modo me hago cargo de lo que digo y lo recupero como algo propio.

Usar el “Yo” me ayuda a reapropiarme de lo que proyecto en los otros y a no evadirme de la responsabilidad que tengo en lo sucedido. Para responsabilizarme, primero es necesario darme cuenta d​e lo que me está pasando y de cómo me está pasando.

En el fragmento que sigue, Fritz Perls amplía el concepto de responsabilidad desde la perspectiva gestáltica:

“La plena identificación contigo mismo puede tener lugar si estás dispuesto a tomar responsabilidad plena habilidad para responder por ti mismo, por tus acciones, sentimientos, pensamientos, y si dejas de  confundir la responsabilidad con las obligaciones” .

Perls habla de tomar responsabilidad plena por uno mismo sin confundirlo con el hecho de ponerse bajo una obligación. En este sentido, la responsabilidad abarcaría tanto acciones, como sensaciones y pensamientos. Sea consciente o no de ello, cada uno es responsable por sí mismo, y a partir de aquí puede tomar la responsabilidad de manera consciente o no tomarla y quedarse en la inconsciencia.

Tomar responsabilidad plena, por lo tanto, es poder responder por todo lo que hago, todo lo que siento y todo lo que pienso, sabiendo, además, que “yo no estoy en este mundo para vivir conforme a las expectativas de otras personas, ni siento que el mundo deba vivir conforme a las mías” 

Francisco Peñarrubia ratifica esta idea de responsabilidad de Perls en su libro Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil c​uando afirma que “L​a responsabilidad no es un deber, es un hecho. Somos responsables de nosotros mismos querámoslo o no”.

Partiendo de esta base tan contundente, lo que hace la terapia Gestalt es acompañar al individuo a tomar conciencia de este “hecho”. A través del proceso del darse cuenta la persona puede tomar consciencia de cómo lo hace, de qué mecanismos utiliza para escapar de su responsabilidad y, en definitiva, para escapar de su propia vida.

A medida que se va tomando responsabilidad de cada acción, de cada emoción, de cada pensamiento, la persona va conectando con sus propios recursos y capacidades y va recuperando su propio potencial.
De este modo, la toma de responsabilidad no es una obligación o una carga, sino más bien un camino hacia lo más auténtico de uno mismo.

 

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